te observo tras el velo de sombras q la tuberculosis
de aquella luz devuelve a mis ojos;
te ocultas, te muestras como cuando la luna preñada
la cruzan ligeros nimbos;
entonces eres piel y olor q naufragan
en caricias;
entonces eres desacuerdo q se
transforma en gemido, en riadas de besos q fluyen y convergen
y luego en deltas se bifurcan;
se separan nuestros cuerpos y me llevo aquel instante
a la eternidad de mi memoria finita, q te recuerda en
la fragilidad de cada sueño