ayer de pronto la tormenta, se preveia;
el cielo con un plateado amenazante, mostraba los
algoritmos de su potencia destructiva, en la pizarra oscura
de esta herida, por fin abierta;
pero fuiste tu quien bebio la sangre morbida de su ponzoña, y
destilo en alquimias magicas oraciones sobre
amores invencibles y esperanzas q no deseo en estos
momentos de duelo profundo;
hoy bajo del golgota con un clavo en mi
herida mas antigua;
ayer fui el centurion q inoculo en tu sentir,
el virus de mi abismo;
pero saltaste sin dudarlo, bajo aquella
lluvia salada de mis palabras, para convertirlo
en placido bautismo
el cielo con un plateado amenazante, mostraba los
algoritmos de su potencia destructiva, en la pizarra oscura
de esta herida, por fin abierta;
pero fuiste tu quien bebio la sangre morbida de su ponzoña, y
destilo en alquimias magicas oraciones sobre
amores invencibles y esperanzas q no deseo en estos
momentos de duelo profundo;
hoy bajo del golgota con un clavo en mi
herida mas antigua;
ayer fui el centurion q inoculo en tu sentir,
el virus de mi abismo;
pero saltaste sin dudarlo, bajo aquella
lluvia salada de mis palabras, para convertirlo
en placido bautismo
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