regreso del desierto sin oasis, en donde
pudiera haber bautizado a mi soledad compañera;
y con la hiel de mi aspid enrrollado en la columna de la
palabra santa olvidada, e tejido la urdimbre de mi proximo
olvido;
y en el convite de los adioses recuperados, me has alimentado con
el dulzor de aquellos unicos datiles enhiestos en la cumbre de
tu geometria intima;
vuelvo a las calles cebadas de ruido, a las miradas q encarcelan mis
emociones turbadas, mientras q junto al calor de tu cuerpo, perpetro
mi proxima huida
pudiera haber bautizado a mi soledad compañera;
y con la hiel de mi aspid enrrollado en la columna de la
palabra santa olvidada, e tejido la urdimbre de mi proximo
olvido;
y en el convite de los adioses recuperados, me has alimentado con
el dulzor de aquellos unicos datiles enhiestos en la cumbre de
tu geometria intima;
vuelvo a las calles cebadas de ruido, a las miradas q encarcelan mis
emociones turbadas, mientras q junto al calor de tu cuerpo, perpetro
mi proxima huida
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