hoy es uno de esos domingos, en los q de pronto
aparece aquella grave ecuacion en la q se
define el ser, asi, en su simple y mas perfecta transparencia, carnal hasta
la herida q exuda hoy mi sangre;
complejo vacio;
dudo ese instante ultimo y me
devuelvo al final de mis dias, andando
bajo ese horizonte gris q se pierde en la
alameda eternamente arbolada
desde el primer sueño;
hoy, al juntar palabras me he dado
cuenta como viste la
soledad

hoy te e visto,
desde tu mirada heroicamente abandonada
a ese deseo impostor;
mascaras todas en un solo rostro;
extraña tragedia escrita en siglos griegos q
se me vuelve presente, instante ludico en el universo de
decisiones graves;
exudacion de una tarde en viernes santo q
se vuelve arida en aquel recuerdo de tu piel;
deseo inacabado, congelado en el contorno
de tu esperanza inderrotable;
y me he vuelto hacia tus brazos ya sin pecado, rozando mis dedos
sobre tu piel exaltada, sobre el rocio evocado
desde la quimica de una copula necesaria,
hacia aquella cuspide
desde donde se orientan mis sentidos
para devolverte otra vez
incomprensible