una taza de cafe sobre aquel antiguo diccionario q le regalo mi abuela a mi padre por algun cumple, q tercamente me niego a olvidar;
esta desempastado, dobladas sus paginas oxidadas y penetradas, empieza desde adarga-adentellar;
donde habran ido a parar las palabras previas me pregunto, quien las habra encontrado e intentado descifrar o jugar con ellas;
no puedo dejar de observar las lianas q dibuja el humo del cafe sobre la luz q aparece de la lampara verde;
no puedo dejar de intentar reconstruir su cuerpo en mi memoria, su pasta verde lustrosa y el titulo en dorado biblico y bajo relieve y su aroma de asombros y lujurias;
donde se quebro mi antiguo anhelo es como la pregunta vargasllosiana, cuando se jodio el peru, es como la rama del arbol donde se quedo enrredada la cola de la cometa tan esforzadamente diseñada, negociada la compra de sus piezas, pegada y liberada al viento y luego cautiva del arraigo;
todo ello aflora por la vision de aquel diccionario y la taza de cafe humeante;
conciencia irresponsable y ludica q driblea, surfea, golpea, pedalea, captura cada latido de esta vida q fluye inexorable y hemorragica, hacia donde?
curvas suaves y peligrosas, recodos, sombras y silencios luminosos, dunas tornasoladas mecidas por el viento magico q atravieza el tiempo;
espero aun espero, resueltamente, el instante